Los juanetes, o hallux valgus, son una deformación común del pie que suele generar molestias, sobre todo en mujeres adultas. Se caracterizan por una desviación del dedo gordo hacia el segundo dedo, generando una prominencia ósea en el lateral interno del pie. Si bien pueden volverse dolorosos e interferir con la marcha, muchas personas consideran operarse aun cuando no presentan dolor o dificultades funcionales, motivadas únicamente por razones estéticas.

Sin embargo, la cirugía de juanetes no debería tomarse a la ligera, especialmente si no existen síntomas que afecten la calidad de vida. Se trata de un procedimiento quirúrgico que, como cualquier otro, implica riesgos: infecciones, rigidez articular, dolor persistente o incluso una mala corrección que complique aún más el cuadro. Además, la recuperación puede ser prolongada y requerir rehabilitación, lo cual impacta en la vida diaria y laboral.

La indicación quirúrgica debe responder a una necesidad mecánica clara: dolor que no mejora con tratamiento conservador, dificultad para caminar o calzarse, o deformaciones progresivas que afectan el apoyo.

Es importante recordar que el cuerpo humano tiene variaciones anatómicas naturales, y no todos los pies “perfectos” lo son funcionalmente. La salud debe ser la prioridad, y someterse a una operación únicamente por razones estéticas puede terminar generando más complicaciones que beneficios.

Antes de tomar una decisión, se recomienda consultar con un cirujano en tobillo y pie acreditado, quien podrá evaluar cada caso en particular y ofrecer la mejor orientación.

Te invito a ver mi último video en instagram donde cuento la experiencia de una paciente que decidió operarse por cuestiones estéticas con otro y vino al consultorio por las secuelas.

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